Carisma y misión

Cada Instituto religioso en su esfuerzo de auténtica renovación mira el propio pasado, lo lee y lo interpreta para encarnar el don carismático de los orígenes en las estructuras del hoy. Las respuestas del Padre Manini y de Elena Bettini fueron adecuadas a las urgencias de la Roma del inicio del ochocientos, a aquella pobreza que gritaba más fuerte cerca de sus puertas. “Las hermanas que serán admitidas en este Instituto, al mismo tiempo procuren de estar siempre unidas al Señor por la oración continua y preocuparse incesantemente a la ventaja espiritual y temporal de las pobres niñas.

Es necesaria una fe viva que les haga ver en estas queridas criaturas que llegan a sus escuelas otras tantas imágenes de Jesucristo...Ella decía:” Nosotras tenemos que santificarnos haciendo el bien a la niñez”.(Pens.12) Y estas niñas Madre Elena Bettini las va a buscar en los ambientes más desolados y violentos, como en el Testaccio: reino de la miseria, del miedo, del rechazo. Propio ahí bajo el peso de las dificultades iniciales un día exclama: “Cuánta gloria tendrá el Señor cuando en este barrio más que pagano habrá una Iglesia y quien educará cristianamente a la juventud y hará conocer Su bondad”.(2) ¿Cuál es la fuente? Cerca de las niñas, objeto privilegiado de su caridad, están los ancianos, los enfermos, los marginados, los alejados de Dios. Para conquistar esta Roma subterránea y ayudarla a renacer a la gracia, Elena es incansable revelando una fantasía constructiva que encuentra explicación en aquella intuición de amor que la distingue y la exalta. “Enciéndanse de caridad que les haga sentir vivamente los intereses de Dios y del prójimo... Hagamos el bien, hagámoslo a todos hasta que podamos”(Pens.N°3) En el modo, en el estilo con el cual Elena Bettini vive su misión educativa se va delineando el espíritu de Instituto que nos llama a ser una luminosa manifestación de la Providencia del Padre, en el ejercicio diario de una maternidad hecha de ternura y a la vez de firmeza, capaz de sacrificio y siempre dispuesta al perdón. “En mí encontrará siempre una madre... Tengan con vuestras niñas modos simples y maternos” , le decía a sus hijas.

Los núcleos fundamentales

De la identidad de una Hija de la Divina Providencia Las características que deben distinguir a las Hijas de la Divina Providencia son:
1.-Un completo abandono en la Divina Providencia, que las lleve a no confiar en sí mismas y a reconocerse sinceramente humilde.
2.-Una luminosa manifestación de la Providencia para sus hermanas y para todas las personas, que Dios presente en su camino.
3.-Un marcado sentido de simplicidad y Alegría que acompañe siempre el don de sí a sus semejantes, confiados a su cuidado.
4.-El redescubrimiento de Cristo Crucificado y Resucitado a la manera de Pablo, de Antonio María Zaccaría y de sus Fundadores de modo que constituyan el manantial de la espiritualidad de las Hijas de la Divina Providencia.
5.-Una filial adhesión al Papa, que basada en el ejemplo de la Madre Fundadora, las haga dóciles a todas sus directivas.
6.-El sentido eclesial que las inserte en la Iglesia local y las ponga a su servicio.
7.-María Santísima bajo el título de “Auxilio de los Cristianos y Madre de la Divina providencia” es la patrona principal de la Congregación. (Const. N° 7) En Chile

VISIÓN

“Formar personas capaces de integrar la fe a la cultura y a la vida, impregnadas de la espiritualidad bettiniana, actuando coherentes, autónoma, crítica y reflexivamente en una sociedad de permanente cambio.”

MISIÓN

“Educar en la fe cristiana - católica y en la espiritualidad bettiniana a niños y jóvenes procurando una sólida formación académica, en un clima comunitario y participativo, con la colaboración de educadores católicos, comprometidos competentes, y de la familia como primera responsable de la educación de los hijos.

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