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Cada dos años, aunque Chile es región, la Madre General nos visita. Para nosotras, además de ser un advenimiento grato, es un retomar vigor, es como beber a la fuente de nuestra espiritualidad, es un revisar como estamos viviendo nuestro carisma a través de las obras que vamos desarrollando.

En una visita durante el año 1976, el Arzobispo de Puerto Montt, Monseñor Eladio Vicuña, aprovechando que la Madre General, Sor Maria Alessandrina había ido a saludarlo, la lleva a dar un paseo hasta Frutillar Alto, donde existe una escuela parroquial y desea que alguna congregación religiosa se haga cargo. La Madre General observa, pero no se compromete.

El Arzobispo no deja la carga y empieza su carteo con la Madre regional, Sor Maria Luciana Borsella, para que obtenga el permiso de la Madre General, y la Madre, al fin contesta dejando a la región de discernir y tomar la decisión.

La Madre Regional nos encarga oraciones y después de varios discernimientos, guiadas también por el Presidente de la FIDE Primaria de Chile, Hermano Eulogio Belloso, Marista, decide recibir esta escuela parroquial, poniendo al Sr. Arzobispo algunas condiciones:

- Licenciar a todo el personal docente
-Eliminar el internado y los cursos superiores por tener muy pocos alumnos

El Señor Arzobispo aceptó y en marzo de 1978, las religiosas encargadas:

Parten para Frutillar.

Empieza el trabajo en la escuela; pero aquí también, por el estado en el cual encontraron el alumnado, la condición física de la escuela y de la casa, podían repetir con al Madre Fundadora “Este es trabajo para nosotras”. Además del estado físico de la casa y de la escuela, había un problema más profundo: Borrar en el pueblo una falsa imagen de las religiosas, y así en la primera reunión comunitaria la secretaria escribe:”Para obtener una buena construcción hay que poner buenos cimientos... Esta imagen distorsionada de las religiosas nos servirá para vivir mejor nuestra vida consagrada, vivir y trabajar en humildad y silencio... Para llevar a efecto esta reflexión, debe existir entre nosotras la unión en el amor, para dar verdadera imagen de vida religiosa” para alcanzar esta meta, el objetivo propuesto fue:” Demostrar con el ejemplo silencioso lo que es una vida religiosa y comunitaria”

La preocupación de la Madre General hacia nosotras es siempre constante y cada programa espiritual que se proyecta y realiza en la Congregación, incluye a nosotras también.

Es así que a fin de 1980, la Madre General envió al Padre Amedeo Cencini, para darnos un retiro espiritual, sobre formación permanente según el programa de la Congregación.

 




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Inicios de la
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EL CAMINAR DE LA
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R E C U R S O S - B E T T I N I A N O S

Historia Congregación en Chile (italiano)

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